Evacuación y limpieza del sistema de refrigeración
Se requiere una limpieza a fondo cada vez que se produce una entrada de contaminantes en el sistema. Esto evitará daños en el compresor.
La finalidad del vaciado es la de eliminar la humedad y el aire del sistema de refrigeración después de que este se haya abierto a la atmósfera. El vaciado debe realizarse antes de recargar un sistema con refrigerante nuevo. La importancia de una evacuación exhaustiva y de la preparación del sistema no puede ser lo suficientemente remarcada. Incluso cantidades ínfimas de aire o humedad en un sistema pueden causar problemas graves.
La presencia de humedad, oxígeno y calor puede provocar daños de diferentes formas. Pueden causar corrosión, fango, revestimiento de cobre, descomposición del aceite, formación de carbón y, finalmente, el fallo del compresor.
Los elementos que pueden contaminar un sistema son (en orden de importancia):
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Aire (con oxígeno como contaminante): el oxígeno presente en el aire reacciona con el aceite. que empieza a descomponerse, lo cual puede, finalmente, provocar carbonización en el compresor y la acumulación de ácido. Cuanto más se alargue este proceso de descomposición, más oscuro se volverá el aceite del compresor hasta volverse de color negro, lo que indica una seria contaminación del sistema.
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Humedad: la presencia de humedad en un sistema provocará corrosión y encobrado. Se puede congelar en la válvula de expansión y causar problemas de funcionamiento intermitentes. La humedad reacciona en el aceite y da inicio a la acumulación de ácido.
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La suciedad, el polvo, las partículas metálicas u otras partículas de cualquier material que floten a través del sistema causarán daños graves a todos los artículos con tolerancia mínima. No deje el sistema expuesto a cualquier filtración de suciedad. Si debe abrir un sistema por cualquier motivo, cierre las zonas abiertas lo antes posible y no trabaje en un ambiente sucio.
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Ácido: el aire y la humedad provocan una descomposición química del aceite o del refrigerante. El ácido acelerará el deterioro de los metales blandos (como el cobre) y provocará un revestimiento metálico, ya que el material más blando empezará a cubrir el interior del sistema. Si no se detiene esta situación, puede provocar la completa destrucción del equipo.